Iberia en moto: 4ª Etapa Ruta Vía de la Plata

Miércoles, 6 de julio de 2016.

Crónica resumida de la ruta:

Tras toda una noche y madrugada con tormentas, lo primero que hice al despertar fue abrir la ventana y mirar al cielo, que afortunadamente estaba despejado sin nubes, para inmediatamente encender el televisor y ver las noticias o mejor dicho, el pronóstico del tiempo que tan bien cuenta cada mañana la guapísima Mercedes Martín (@Tiempo_Mercedes).

Pasados unos minutos de las 8 de la mañana, me puse en marcha dirección al Puerto de Pajares, si bien antes de encarar el ascenso al mismo tuve que hacer una parada para ponerme el impermeable por dentro de la chaqueta a modo de cortavientos y así minimizar el frío que estaba haciendo y que se suponía iría a más conforme ascendiese.

La parada la hice junto al Restaurante Buen Suceso y frente a la ermita que le da nombre, la Ermita del Buen Suceso (google maps). Como anécdota señalar que mientras me encontraba allí parado, se acercó a mí una pareja de la Guardia Civil que salía del restaurante, supongo que tras desayunar, para interesarse por si me ocurría algo o si podían ayudarme. Al comentarles que no me ocurría nada, sino que solamente había parado para abrigarme, me recomendaron que fuera con cuidado porque más adelante el asfalto estaba bastante mojado por la lluvia de la noche anterior y además también había algunos bancos de niebla.

Ermita del Buen Suceso

Al llegar al Puerto de Pajares (google maps) hice una nueva parada, como es lógico había que inmortalizar el momento con algunas fotografías.

Puerto de Pajares a 1378 metros

Las vistas de la Cordillera Cantábrica a esa altitud, os podéis imaginar, son impresionantes. Lo que más me impresionó fue la espesa niebla entre las montañas. Parecía algo imposible, allí en lo más alto brillaba el sol y sin embargo unos metros más abajo la climatología era otra diferente.

Vistas desde el Puerto de Pajares

La siguiente parada que tenía prevista era en Puente de los Fierros, junto a la Capilla de San Bartolomé o Capilla Hospital de Peregrinos (google maps), pero como había mucha niebla y un tráfico lento y pesado, pasé de largo sin percatarme de ello, de modo que ya no paré hasta llegar a la localidad de Mieres.

En Mieres la parada fue breve, tan sólo el tiempo necesario para sellar un nuevo casillero en el pasaporte de la ruta antes de continuar camino hasta Santa Eulalia de Morcín, donde había previsto la última parada para sellar el pasaporte antes de llegar a Gijón. Casualmente la oficina de turismo donde pretendía sellar el pasaporte de la ruta se encontraba cerrada, o mejor dicho, ya no prestaba servicio, solo quedaba de ella la caseta de madera que otrora la alojaba.

Santa Eulalia de Morcín

Como el tiempo (magnitud temporal) apremiaba y el tiempo (estado meteorológico) empeoraba, decidí retomar la ruta sin demora alguna camino del siguiente destino planificado, Oviedo.

Cuando ya me encontraba a pocos kilómetros para llegar a Oviedo, ocurrió algo que aunque llevaba tiempo esperando, hasta ahora había conseguido esquivar con algo de fortuna... me estoy refiriendo a la lluvia.

Este contratiempo dio al traste con mi idea de acceder al centro de Oviedo para hacer una última parada junto al Teatro Campoamor, famoso por ser donde se hace entrega de los Premios Príncipe de Asturias. Si ya de por si es complicado acceder al centro de cualquier ciudad, imaginaos cuanto no lo será si además está lloviendo.

Así, con lluvia, llegue hasta el Gijón, punto final de la Ruta Vía de la Plata. Ya sólo quedaba poner el último sello en el pasaporte en la oficina de turismo que hay en el Puerto de Gijón (google maps).

Pasaporte de la ruta tras finalizar la ruta (10 sellos)

En la imagen superior tenemos el pasaporte tras finalizar la ruta. Aparecen 10 sellos

Después de cumplir con el trámite de sellar el pasaporte de la ruta me permití la licencia de pasear un poco por el puerto antes de emprender nuevamente la ruta, pues no en vano todavía quedaban por delante aproximadamente 200 kilómetros hasta llegar al punto de destino final en Santander.

Bandera de Asturias en el Puerto de Gijón

La siguiente parada, aunque breve, fue en Ribadesella (google maps), pueblo famosamente conocido por su río y el Descenso Internacional del Sella, fiesta declarada de interés turístico internacional.

Vista del Río Sella desde el puente en Ribadesella

La última parada antes de llegar a Santander fue en la Playa Cuevas del Mar (google maps) en el concejo de Llanes y a la cual se accede desde el pueblo de Nueva. Tengo que decir que fue un gran descubrimiento, ubicada en la desembocadura del río Ereba, es una playa bellísima, dicen que de las más hermosas de Asturias. El nombre de Cuevas del Mar viene dado por las cavidades abiertas en los roquedos frente al arenal.

Playa Cuevas del Mar

Grupo de personas practicando escalada

En la misma playa hay un pequeño chiringuito donde se puede comer, claro está, si se encuentra mesa disponible, lo cual suele ser harto difícil en época estival, algo totalmente lógico si tenemos en cuenta el privilegio de poder tomar algo a la par que se disfruta del maravilloso entorno.

Playa cuevas del Mar

Foto para el recuerdo en Playa Cuevas del Mar

Puesto que no pude comer en el chiringuito que había en la playa, decidí retomar el camino de regreso hacia el pueblo de Nueva y parar en un restaurante que había visto cuando iba de camino a la playa, "El Nido de Robin", así se llamaba este peculiar restaurante.

Tras la comida, apenas descansé unos minutos antes de volver a subir a la moto, para esta vez sí, recorrer de una tacada los kilómetros que restaban hasta Santander.

Cuando llegué al Hostal Mimosa (google maps) en Santander eran ya las 16:10 horas, por lo que decidí ducharme y sin descansar más que unos pocos minutos, abandonar el hostal camino del centro de Santander, que si bien se encontraba un poco alejado, era muy fácil y rápido de llegar.

Lo primero que hice fue buscar donde se encontraba la oficina de turismo para recoger un plano de la ciudad y que me orientaran sobre los lugares que visitar.

Entre los sitios visitados en el centro de Santander destacan los siguientes: La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Santander, la Plaza de Pedro Velarde o Plaza Porticada como también es conocida y en la que podemos encontrar una estatua dedicada al héroe militar cántabro de la Guerra de la Independencia Española, D. Pedro Velarde.

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción

Plaza Porticada

Estatua de Pedro Velarde

También en el centro y si tenemos un poco de suerte, podremos encontrarnos algún crucero amarrado en el puerto.

Crucero amarrado en el puerto de Santander

Un poco más alejado del centro, caminando por el paseo marítimo que bordea toda la bahía de Santander, llegaremos a la zona de playas, entre las que nos encontraremos la playa de Los Peligros, la playa de La Magdalena y la playa de Bikini, y frente a ésta, la Isla de la Torre, en la que se encuentra actualmente la Escuela Cántabra de Vela.

Isla de la Torre. Escuela Cántabra de Vela

Finalmente podremos disfrutar paseando por los jardines y zona arbolada de la península de la Magdalena, antes de visitar el imponente Palacio de la Magdalena, antigua residencia estival de los monarcas españoles, Alfonso XIII y Victoria Eugenia.

Palacio de la Magdalena

Frente a la península de la Magdalena podemos divisar la Isla de Mouro y su faro. Enteramente rocosa, los ricos fondos que hay a su alrededor la hacen muy conocida por los aficionados y profesionales del buceo.

Isla de Mouro desde la península de la Magdalena

Pero las visitas no quedan aquí, si estás dispuesto a andar un poco más, todavía has de visitar la más conocida de todas las playas de Santander, El Sardinero.

Playa de El Sardinero en Santander

Otras edificios singulares o emblemáticos que visitar son el Gran Casino Sardinero y el Gran Hotel Sardinero.

Gran Casino Sardinero en Santander

Gran Hotel Sardinero en Santander

De regreso al centro lo que hice fue buscar un bar/restaurante donde poder cenar y ya de paso ver el partido de semifinales de la Eurocopa 2016 que enfrentaba a la vecina Portugal de CR7 y a la primeriza Wales de Gareth Bale.

Tras el partido, por cierto con victoria por 2 - 1 a favor de Portugal, decidí volverme sin pausa alguna al hostal. La larga caminata de la tarde, unido a que ese día había sido la etapa con más kilómetros de todas las recorridas hasta el momento, y que además esa tarde no había podido descansar ni echarme una siesta, estaba empezando a hacerse notar y empezaba a sentir cansancio y agotamiento, por lo que al llegar al hostal me fui directo a la cama para descansar el mayor tiempo posible antes de encarar una nueva etapa al día siguiente.